En plena pandemia, la ingeniera Florencia Quiñoy fundó en Argentina Sr. Kefir, una empresa disruptiva que produce alimentos probióticos con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas. Una trayectoria de dos décadas en gigantes multinacionales como Brahma, Cervecería y Maltería Quilmes, Unilever y Nestlé, permitió a Florencia Quiñoy empezar a erigirse como una figura destacada en la industria de alimentos y bebidas. Graduada de la Universidad Nacional de Luján en ingeniería de alimentos, decidió ampliar sus horizontes académicos, embarcándose en estudios en el Siebel Doemens Institute de Chicago, en Estados Unidos, en Alemania y en Bélgica, obteniendo el título de maestra cervecera. Pero fueron sus estudios sobre microbiota en la Universidad de Colorado, Estados Unidos, los que la motivaron para ir en busca de su gran desafío: llevar la producción de una bebida probiótica ancestral al ámbito industrial. Fue así como en el año de la pandemia, el 2020, fundó -junto a su socia- Sr. Kefir en Argentina, con la visión clara de ofrecer alimentos que mejoren la calidad de vida de las personas. Sin embargo, el camino hacia la materialización de su proyecto no estuvo exento de obstáculos. Florencia se encontró con una barrera no menor: la falta de inclusión de la bebida probiótica en el Código Alimentario Argentino, lo que dificultaba su producción a nivel industrial. Frente a este nuevo reto, lideró una investigación colaborativa con universidades, el INTI e instituciones de investigación, hasta que el CONICET mostró interés en apoyar su proyecto. Gracias a ello, fue desarrollado un método productivo que garantiza la calidad y seguridad de la bebida, logrando pasos agigantados con miras a su inclusión en el Código Alimentario Argentino. En la actualidad, Sr. Kefir produce 180.000 unidades anuales de Kefir vegano, con planes de duplicar la producción este año. Además, se encuentra en proceso de expansión para ofrecer más opciones de bebidas saludables, incluyendo la producción a nivel industrial de Kombucha. Los productos de Sr. Kefir se venden en supermercados, dietéticas y tiendas online, llegando incluso al consumidor en formato puerta a puerta. Uno de los sellos distintivos de Sr. Kefir es su compromiso con la calidad microbiológica. Al sumar a la Universidad Nacional de Hurlingham como proveedor de inóculos certificados, Sr. Kefir se convirtió en la única empresa de su tipo respaldada con esta seriedad y calidad microbiológica. La próxima meta de Florencia es llevar su experiencia y logros a los Estados Unidos, donde planea cursar estudios, realizar trabajos de investigación y seguir produciendo bebidas y alimentos saludables para otros mercados. Además de su labor en Sr. Kefir, Florencia cuenta con publicaciones científicas en revistas internacionales y es miembro activo de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, lo que muestra un claro compromiso con la investigación y el avance en el campo de la alimentación saludable. También es cofundadora de Build Consulting, empresa que brinda servicios de consultoría lo que le permitió compartir y aportar a otras empresas de la industria su experiencia en producción, calidad y desarrollo de nuevos productos. Periodista: ¿Qué recuerda de su paso por Quilmes, Unilever y Nestlé, y qué bebidas ayudó a desarrollar? Florencia Quiñoy: Ingresé a trabajar en cervecería Brahma, actualmente AB InBev dentro del programa de becas que tenía la compañía llegando a liderar la producción de 4 millones de hectolitros anuales de cerveza. En ese momento fui elegida para convertirme en maestra cervecera de la compañía. Así fue que participé en el desarrollo de la nueva generación de cervezas especiales y de estilo artesanal, así como la adecuación de estilos típicos europeos con materias primas locales. También, junto a un grupo de tres antiguos cerveceros, implementamos buenas prácticas a nivel regional que permitían mejorar la producción, minimizando el impacto ambiental al reducir las mermas industriales. En Unilever trabajé en home care, en muchos proyectos. Uno de los más grandes fue implementar productos de fórmulas locales argentinas en mercados como México y Brasil. Y en Nestlé lideré un proyecto de simplificación de recetas para ofrecer al consumidor bebidas saborizadas con menos ingredientes y etiquetas “más limpias”. En aquellos años, aproveché para estudiar en Estados Unidos (Siebel Institute of Technology, Chicago y Boulder Colorado University) y en Alemania (Doemens Academy, Munich). P.: ¿Cómo nace Sr. Kefir? F.Q.: La semilla germinó de cuando cursaba estudios sobre la microbiota en la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Allí, emergió el desafío de producir una bebida probiótica milenaria a nivel industrial que aporte un alimento de calidad al mercado y a los consumidores. Fue así que en 2020 y decidí producir Kefir de agua a escala industrial, para la cual no solo debí trabajar para la incorporación de la bebida en el Código Alimentario Argentino, sino también tuve que lograr que el Conicet se interese en validar mi proyecto. Junto a mi socia, Fiorella Espósito, finalmente fundé Sr. Kefir en Argentina, una empresa de bebidas con una clara visión: aportar alimentos que contribuyan a la calidad de vida de las personas. P.: ¿Cuál fue el proceso específico que siguió en aras de lograr la inclusión de la bebida probiótica en el Código Alimentario Argentino? F.Q.: El proceso de alta del Kefir fue larguísimo. Se inició desde cero en 2020 justo antes de que llegara la pandemia. El único país del mundo que tenía al Kefir de agua en su legislación era Australia. Se trabajó durante más de un año en un proyecto de investigación que diera el soporte al pedido. Ese trabajo fue endorsado por el CONICET solicitando en 2021 a la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) la incorporación de la bebida en el Código Alimentario Argentino (CAA) que permitiera la libre comercialización y se regularan los estándares del producto. En primera instancia el INAL (Instituto Nacional de Alimentos) solicitó más estudios complementarios de caracterización que fueron completados varios meses después, nuevamente con soporte del CONICET. Internamente ellos realizaron más investigaciones en muestras de producción de Kéfir local y actualmente el proceso se encuentra en su etapa final. P.: ¿Qué impacto se espera que tenga la inclusión de la bebida probiótica en el mercado y la industria alimentaria del país? F.Q.: La inclusión de