El ministro de Economía y el presidente del BCRA anunciaron al cierre de la semana pasada que el Tesoro absorberá los pasivos remunerados de la autoridad monetaria, pero aplazó el levantamiento del cepo, algo que no le gustó al mercado. Las expectativas que tenía el mercado respecto de los anuncios económicos del viernes terminaron siendo desmedidas respecto a lo que el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, finalmente comunicaron. La única certeza que dieron fue que el Tesoro absorberá los pasivos remunerados del Banco Central, con la idea de ir terminar con la emisión, pero no dieron ningún plazo para el levantamiento del cepo, algo que este lunes no fue bienvenido por el mercado. Cabe recordar que, en la conferencia de prensa del viernes, Caputo y Bausili anunciaron que los pasivos remunerados del BCRA, específicamente los pases, serán reemplazados por unas nuevas Letras de Regulación Monetaria (LRM), que serán emitidas por el Tesoro, pero cuya tasa de Interés estará determinada por el BCRA. Aún restan saber los detalles técnicos de la medida. Ese día también se dejó en evidencia que el cepo cambiario seguirá por un largo tiempo. El mercado reaccionó negativamente: qué lectura hacen los expertos “Más allá de los cambios técnicos a implementarse, de la conferencia parece desprenderse que la salida del cepo estaría más lejos que cerca. Ubicada, quizás, sobre el último trimestre, esto no fue bien recibido por el mercado que tenía claramente puesto su foco de atención en esto”, dijeron desde la consultora Outlier. En esta jornada, la primera tras los anuncios, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street y los bonos en dólares se hundieron hasta 10%, mientras que el riesgo país superó los 1.500 puntos. Por otro lado, los dólares bursátiles se dispararon con fuerza. El dólar CCL trepó 4,6% hasta los $1.412,48, mientras que el MEP escaló 3,7% a $1.413,01, dejando una brecha del 54,6%. El spread con el mayorista tocó así máximos desde febrero. “Con un mercado cada vez más ansioso por entender cómo será el futuro de la política cambiaria (dado el TCR, la estacionalidad del ingreso de divisas en Argentina, el perfil de vencimientos de la deuda en dólares, la performance reciente del real brasileño y la soja, entre otras cosas), Caputo repitió que todo seguirá igual en el futuro inmediato. Es decir, que la tasa del crawl seguirá siendo 2%, que continúa sin cambios el blend 80-20 y que no habrá ninguna devaluación”, dijo, por su parte, la consultora 1816. A su turno, el economista Gustavo Ber también coincidió con los análisis. “La primera reacción de los inversores fue muy cautelosa y expectante de adicionales detalles sobre la implementación del nuevo esquema monetario. También se busca evaluar el esfuerzo fiscal adicional necesario y la dinámica de las reservas, en vista a que hasta el momento no habría cambios en los principales lineamientos de la política cambiaria”. Para este experto, “no se confirmaron las expectativas”, más allá de reconocer la importancia de seguir avanzando en el saneamiento de la hoja de balance del BCRA, aun cuando ello, como contrapartida, requerirá de mayor esfuerzo fiscal”. Las presiones que Bausili y Caputo enfrentan en el corto plazo El Banco Central perderá reservas por unos u$s3.000 millones en el invierno, dato que fue confirmado por propio titular del BCRA. Acá, si bien entra en juego la estacionalidad, también lo hacen la pérdida de competitividad y las presiones por el atraso cambiario. A su vez, la demanda de divisas viene mostrando un crecimiento en las últimas semanas, producto de las importaciones de energía. Otros analistas sostienen que la baja de tasas abarató los préstamos y muchos productores agropecuarios, en lugar de vender sus dólares, optaron por tomar créditos. Así, los cuestionamientos a este modelo llegan desde el exterior. Para el banco de inversión Barclays, Argentina afronta otra vez una “trampa cambiaria”, con apreciación del peso por encima de los niveles aconsejables, mientras que los economistas del Bank of America, en tanto, advirtieron que el tipo de cambio está “bajo presión”. La semana pasada, los fondos comunes de inversión compraron bonos ajustados por dólar por casi $100.000 millones, buscando cobertura por una eventual devaluación, un signo de que el mercado está dejando de creer en las palabras oficiales.