La desocupación escaló al 7,7%. En apenas tres meses se incrementó en dos puntos porcentuales desde el 5,7% del último trimestre de 2023. La industria se desplomó un 13,7% y la Construcción un 19,7% y la inversión retrocedió 23,4%.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó hoy sendos informes oficiales que dan cuenta de un derrumbe de la actividad económica en el primer trimestre de este año y su correlato en el mercado de trabajo.
Según el Informe de Avance de Actividad el PBI se contrajo un 5,1% con relación al primer trimestre de 2023. La caída en la actividad se produjo particularmente a partir de un retroceso del 6,7% en el consumo privado y del 5% en el consumo público. A la vez, como síntoma de la etapa y adelanto de lo que ocurrirá en los próximos meses, la inversión se contrajo un 23,4%.
La caída podría haber sido más acentuada si no se hubiera registrado una mejora en las exportaciones del 26,1% como resultado de la base comparativa del año pasado período durante el cual se empezaron a verificar los efectos de la sequía en el sector agrícola. Las importaciones, que expresan la dinámica del consumo y la demanda de insumos y bienes de capital de los sectores productivos, se contrajeron un 20,1%.
A nivel sectorial la recesión se hizo notar especialmente en el sector de la industria manufacturera que mostró una caída interanual del 13,7% y de la Construcción que, de la mano del congelamiento de la obra pública, rectrocedió un 19,7% comparado con el primer trimestre de 2023.
El retroceso consolida un proceso recesivo que ya acumula cuatro trimestre consecutivos con contracciones del 5,3% pera el segundo trimestre de 2023 cuando impactó la sequía de manera sensible, -0,7% y -1,2% en los siguientes trimestre hasta el derrumbe del 5,1% de este año.
DE LA RECESIÓN AL DESEMPLEO
De manera coherente, y tomando en cuenta la ausencia de políticas destinadas a impedir o dificultar los despidos, el desempleo escaló en apenas un cuatrimestre en dos puntos porcentuales en tanto se ubicaba en el 5,7% en el último trimestre de 2023 y llegó hasta 7,7% según el último informe oficial. El relevamiento del INDEC surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que se realiza sobre una muestra representativa de los 31 conglomerados urbanos en los que viven poco más de 29,5 millones de personas. Allí poco más de un millón de personas carecen de empleo y lo buscan activamente.
Si el dato se proyectara al conjunto de la población, la población desocupada llega hasta el 1.715.276. Así las cosas sólo en los tres meses que van de enero a marzo 416.551 personas perdieron su empleo y no pudieron reinsertarse en otra actividad. Los datos reflejan lo ocurrido en el mercado de trabajo forma e informal.
A la vez el informe da cuenta de una persistencia en una elevada tasa de actividad, que con un 48% se ubica sensiblemente por encima del promedio histórico. Se trata de la cantidad de personas que trabajan o buscan empleo sobre el total de la población. Una tasa de actividad elevada indica que un mayor número de personas se ven obligadas a incorporarse al proceso productivo como resultado de la merma en los ingresos familiares.
En la misma sintonía se registró una suba sensible de los ocupados demandantes de empleo que llegan al 16% cuando un año atrás eran el 14,8%. El indicador también refleja los problemas de ingresos que sufren los asalariados que, por ese motivo, demandan otro empleo o un ingreso adicional tomando más horas en un empleo alternativo.
Foto: Luis Robayo / AFP
El fenómeno se ha venido verificando en los últimos años pero se ha acentuado en el primer trimestre de este año. Por eso el informe destaca que la denominada “presión sobre el mercado de trabajo” aumentó “de 26,9% a 29,5% (2,1 puntos porcentuales)” entre el primer trimestre de 2023 y el de este año.
El informe de mercado de trabajo a nivel sectorial destaca un dato preocupante en tanto “en relación con la rama de actividad de la última ocupación de esta población (desocupada), se destaca un aumento de 2,2 puntos porcentuales (de 10,8% a 13,0%) en la industria manufacturera”.
La brecha de género se mantuvo relativamente estable en tanto mientras el desempleo femenino avanzó en el último año desde el 7,8% hasta el 8,4% para el caso de los varones el fenómeno avanzó desde el 6,1% del primer trimestre de 2023 hasta el actual 7%.
Otro dato relevante es el que muestra un salto sensible en la desocupación de los jefes o jefas de hogar. Mientras en el último trimestre de 2023 el fenómeno afectaba al 2,7% del total, ahora alcanza al 5%. Se trata de un indicador muy sensible en tanto abarca al principal ingreso de los hogares exponiendo a una sensible vulnerabilidad al conjunto del grupo familiar.
CONTRAREFORMA LABORAL
En otro orden de cosas resulta interesante destacar la caída del empleo informal que, según los datos oficiales hace un año afectaba al 36,8% del total de los asalariados mientras que, ahora, llega hasta el 35,6%. Pero no todo lo que brilla es oro.
En un contexto de destrucción de empleos, la caída no puede ser atribuida a un proceso de registración sino, por el contrario, al hecho de que la contracción económica y los despidos impactan en primer término sobre el sector informal que no goza de red de contención alguna.
El dato desmiente los fundamentos de la reforma laboral contenida en la ley Bases que indica que la precarización del empleo y la flexibilidad para despedir resultarán en una mejora del empleo y los salarios. A priori, ocurre exactamente lo contrario.