Además, las fake sobre la vacuna y la negativa a intervenir el mercado para que haya repelentes: “Es un problema de oferta y demanda” No hay repelentes. No hay vacunas gratuitas. No hay espirales. No hay insumos para los hospitales. Mientras la Argentina atraviesa la peor epidemia de dengue de su historia, el Gobierno de Javier Milei insiste en no activar las correspondientes medidas sanitarias y en las últimas horas, tras el intenso reclamo de distintos sectores, la cartera dirigida por el “ministro fantasma” Mario Russo emitió un comunicado cargado de información falsa que generó aún más incertidumbre en la población. Los registros no mienten: al momento, ya son más de 180 mil los contagios y 129 los muertos por el brote de dengue. Con las guardias desbordadas y los profesionales de la salud haciendo malabares por la falta de insumos, los argentinos enfrentan otro desafío: acceder al menos a los repelentes y espirales en el “mercado liberado” por el Gobierno libertario. En plena epidemia no sólo no se consiguen, sino que los precios se incrementaron en un mil por ciento desde el mes de enero. Impagables, como las dos dosis de la vacuna disponible y autorizada por la ANMAT hace exactamente un año. 💣Bombita: la vacuna contra el dengue se consigue en el mercado privado y su valor asciende a los $71.293. El costo total del tratamiento (se requieren dos dosis) es de $142.586, el equivalente al 70% de un Salario Mínimo Vital y Móvil ($202.800). Los pocos que aún pueden sostener el pago de sus prepagas -gracias al DNU libertario ya acumulan subas del 160% en cuatro meses- pueden adquirirlas con un 40% de descuento. En las últimas horas, el Ministerio de Salud de la Nación emitió un comunicado cargado de información falsa en torno a la vacuna y denunció una campaña de presión de los laboratorios fabricantes: “Instamos a las empresas vinculadas a la producción de vacunas a evitar presiones que pretenden apresurar decisiones que pueden poner en riesgo a los argentinos”. Las fake news del Gobierno sobre las vacunas autorizadas contra el dengue Asimismo, desde el Gobierno libertario sostuvieron que aún no hay evidencia científica de la efectividad de la vacuna: “La ANMAT aprobó la seguridad de la vacuna Qdenga en abril de 2023, pero desde aquel momento ni el Gobierno anterior, ni los infectólogos, ni los oganismos internacionales alcanzaron el consenso para recomendarla como estrategia para incluirla en el calendario nacional de vacunación. La vacuna continúa siendo sometida a estudios para establecer su efectividad según el rango etario y regiones endémicas. En este proceso, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aún no la autorizó”. Si bien el Gobierno insiste en que la OMS mantiene sus reparos en la aplicación de la vacuna, lo cierto es que sus máximas autoridades reiteraron en el mes de enero que es segura la inoculación para chicos desde los cuatro, hasta los 16 años. Dato no menor si se tiene en cuenta que entre los 129 muertos confirmados en el país se registró el fallecimiento de dos menores de edad. “La introducción de la vacuna se recomienda para entornos con alta carga de enfermedad por dengue y alta intensidad de transmisión, para aumentar el impacto en la salud pública y reducir cualquier riesgo potencial en poblaciones seronegativas (sin infección previa). La introducción debe estar acompañada de un plan bien diseñado de estrategia de comunicación y participación comunitaria”, señaló la Organización Mundial de la Salud sobre la vacuna Takeda. En el comunicado, el Gobierno también tergiversó las recomendaciones sanitarias pronunciadas por la Organización Panamericana de la Salud: “La mencionada vacuna no es una herramienta que esté validada para controlar la transmisión de la enfermedad en el contexto del brote, tal y como lo ha expresado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en un reciente informe presentado sobre la situación del dengue en la región”. Resulta inevitable preguntarse, ¿cuál fue la recomendación oficial de la OPS? “La vacuna que tenemos disponible no va a doblegar la epidemia de dengue, debe usarse en un marco de complementariedad con las otras acciones. Y lo más importante son las acciones de campo, de control del vector, de prevención y de educación”, explicó Daniel Salas, gerente ejecutivo del Programa Especial de Inmunización Integral de la OPS. El Ministerio de Salud a cargo de Russo también cuestionó la efectividad de la vacuna Dengvaxia, otra de las opciones del mercado: “También es necesario recordar que hubo otro intento de producir una vacuna contra el dengue que se conoció como Dengvaxia, una vacuna hecha con microbios vivos debilitados (atenuados), que pretendió ser una solución pero que no obtuvo los resultados esperados”. ¿Qué fue lo que sucedió con la vacuna Dengvaxia? La droga fue registrada por el laboratorio Sanofi Pasteur en 2015. Dos años más tarde, la ANMAT indicó su administración en personas de entre nueve y 45 años. Estudios posteriores (podés leerlos haciendo click acá) redujeron el universo de aplicación, tal y como advirtió la OMS: “No debe administrarse a personas que no hayan sido infectadas previamente con el virus del dengue, debido al aumento en la incidencia de hospitalización y enfermedad grave en niños vacunados que nunca se infectaron con dengue”. La actualización de la OMS fue aprobada en simultáneo por la ANMAT, quien en 2020 actualizó sus propias recomendaciones. “La vacuna está indicada para personas de seis a 45 años con infección de dengue previa confirmada mediante una prueba, con un esquema de tres dosis a los cero, seis y 12 meses. Para estas personas, la vacunación ofrece una fuerte y persistente protección contra las hospitalizaciones y la enfermedad grave por dengue”, refuerza el laboratorio. La inacción del Ministerio de Salud desde el desembarco de los libertarios en La Rosada El Ministerio de Salud de la Nación emitió recién en abril su primer parte oficial sobre la epidemia de dengue -cargado de fake news y desinformación-. No sólo se suspendieron todas las campañas de prevención -hasta el martes se sostenían sólo las provinciales, sustentadas por los gobernadores-, sino que además