Un año después del golpe de Estado de la Junta Militar en 1976, el periodista y escritor Rodolfo Walsh difundió un texto en el que denunciaba las desapariciones forzadas, la tortura y los asesinatos del Gobierno, así como la censura y el desastre económico. En vísperas de un nuevo 24 marzo, sus palabras resuenan con fuerza.

El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer aniversario de la dictadura instaurada en nuestro país, periodista y escritor Rodolfo Walsh difundió una Carta Abierta dirigida a la Junta Militar con el fin de denunciar la violación de los derechos humanos, los crímenes perpetrados por el régimen, así como el empobrecimiento de las clases populares como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno dictatorial Jorge Videla.
“La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años”, dice el comienzo de la carta que el propio Walsh difundió en 1977. Un día después de hacerlo, y mientras repartía las copias de su escrito, fue asesinado por un grupo de tareas de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA).
En la carta, el periodista le remarca a la Junta Militar que, a través de la prohibición de partidos políticos, la intervención de los sindicatos y la censura de la prensa, así como implantando terror, lograron restaurar lo que él describe como una “corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación”.
“Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”, remarca Walsh.

La carta del escritor, reconocido también por las obras “Operación Masacre”, que narra la historia de un grupo de civiles fusilados en 1956 por el régimen militar de Pedro Eugenio Aramburu, y “¿Quién mató a Rosendo?”, una novela que también aborda el terrorismo de Estado y la violencia política, es una de las denuncias más contundentes contra la represión y la violación de los derechos humanos durante la última dictadura argentina.
El periodista denuncia la creación de campos de concentración en las principales guarniciones del país, donde se llevaban a cabo detenciones sin ningún tipo de control judicial o legal. En ese sentido, critica el secreto militar que rodea estos procedimientos, lo que convierte la mayoría de las detenciones en secuestros, siendo los ciudadanos allí detenidos torturados y asesinados, en muchos casos.
Además, responsabiliza a altos mandos militares en las ejecuciones extrajudiciales, revelando una política sistemática de represión y violencia planificada por la Junta Militar y sus altos mandos.
Y critica la política económica del Gobierno dictatorial, que provocaron la reducción del salario real, la extensión de la jornada laboral y la prohibición de reclamos colectivos. Y más: también menciona el aumento alarmante de la mortalidad infantil y enfermedades debido a la disminución del consumo de alimentos, ropa y medicinas.
Walsh también denuncia el abandono de la salud pública en favor de los gastos militares, el deterioro de la calidad de vida en el Gran Buenos Aires y el crecimiento desproporcionado del presupuesto destinado a seguridad y defensa.
A 48 años del golpe y a 47 de la difusión de la Carta Abierta, las críticas de Rodolfo Walsh aún resuenan en la conciencia de muchos argentinos.
CARTA ABIERTA DE RODOLFO WALSHA LA JUNTA MILITAR
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamientode mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de unahija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligana esta forma de expresión clandestina después de haber opinadolibremente como escritor y periodista durante casi treinta años.El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de laacción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo queustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores soncrímenes y lo que omiten son calamidades.El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del queformaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de supolítica represiva, y cuyo término estaba señalado por eleccionesconvocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo queustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino laposibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara malesque ustedes continuaron y agravaron.Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarseen los hechos recuperando el programa en que coincidieron en laselecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue enpie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significadoposible de ese “ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas eintereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzasproductivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una políticasemejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo lospartidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa eimplantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos,decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principalesguarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entraningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secretomilitar de los procedimientos, invocado como necesidad de lainvestigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros quepermiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestadosnegativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición elrecurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano suinutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo despuésque los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en eltiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en lascumbres represivas de anteriores dictaduras.La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta delímite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operódirectamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahoracon auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron losantiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierrade los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la
picana y el “submarino”, el soplete de las actualizacionescontemporáneas.
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar ala guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a latortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original deobtener información se extravía en las mentes perturbadas que laadministran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hastaquebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedesmismos han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros esasimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugaresdescampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguadoscombates e imaginarias tentativas de fuga.Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan dea diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto queno está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacionalante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter derepresalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a lasacciones guerrilleras.Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta ala voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado enel Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a lamuerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó lacomisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a sumando no tuvieron muertos.Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los hechos por loscuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegadossindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados,simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de lasbajas según la doctrina extranjera de “cuenta-cadáveres” que usaron losSS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales esasimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en unaño atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos,proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresiónes confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina querevela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, yla guerrilla 63 muertos.
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas defuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino aprevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos sonla reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantesde Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o elhumor del momento.Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del TercerCuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de MarcosOsatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo VacaNarvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley defuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 deenero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpode Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estosepisodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino lapolítica misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten ensus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas ensecreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos decadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectara otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entresus propias fuerzas.
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento detorturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada,fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo elchico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, “conlastimaduras en la región anal y fracturas visibles” según su autopsia.Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecinoque buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaríadonde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no lapublicaron.
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre,sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntasherederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayorguarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Ríode la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de laPrimera Brigada Aérea
, sin que se enteren el general Videla, el almiranteMassera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta queustedes presiden no es el fiel de la balanza entre “violencias de distintossignos” ni el árbitro justo entre “dos terrorismos”, sino la fuente mismadel terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de lamuerte.
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats,durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general JuanJosé Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asiladosen quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticosen Chile, Boliva y Uruguay.
La segura participación en esos crímenes del Departamento de AsuntosExtranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIAa través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor,sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, StationChief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como lasque hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarsesiquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes delEjército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la LogiaLibertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papelglobal fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal decuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde haceuna década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o delperiodista de “Prensa Libre” Horacio Novillo apuñalado y calcinado,después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez deHoz con monopolios internacionales.A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de laguerra pronunciada por uno de sus jefes: “La lucha que libramos no
reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y delmal”.
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no sonsin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentinoni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedesincurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo laexplicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga amillones de seres humanos con la miseria planificada.En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevadode 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar lacanasta familiar
, resucitando así formas de trabajo forzado que nopersisten ni en los últimos reductos coloniales.Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntasde las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva,prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios,elevando la desocupación al récord del 9%
prometiendo aumentarla con300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción alos comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han queridoprotestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enterosde delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros noaparecieron.
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer añode gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropamás del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capaspopulares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantilsupera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o lasGuayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta larabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Comosi esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes elpresupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastosmilitares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenaresde médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por elterror, los bajos sueldos o la “racionalización”.Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar larapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diezmillones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin aguaporque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas,millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólopavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río másgrande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios delministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la únicamedida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que sebañe.Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar“el país”, han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del productobruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares porhabitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que ensolo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en lainversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de lafría deliberación y la cruda inepcia.Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado seatrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelveautónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad delas exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil
en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obreroindustrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto seelevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%,prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura yde la muerte, único campo de la actividad argentina donde el productocrece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que eldólar.6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que seaplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la políticaeconómica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la viejaoligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selectode monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, lasautomotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmenteel ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínezde Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por supresidente Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupospequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben serbaratos”.
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sidoposible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento,donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sinproducir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras,valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, sonhechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el “festín delos corruptos”.Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional enmanos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens sepremia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas deexpendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando losaranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur ydesocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabepreguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dóndeestán los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologiaque amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados nopretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiendelos derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabríapedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaransobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerraque, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajonuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven laresistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadaspor el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidadescometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infaustogobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sinesperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel alcompromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio enmomentos difíciles.Rodolfo Walsh. – C.I. 2845022Buenos Aires, 24 de marzo de 1977
Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas denuevos detenidos y de “liberados” que en su mayoría no son tales sinoprocesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Losnombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y lascondiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.
El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el exdiputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barretodesnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: “Picana en Iosbrazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba orezaba… Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me ibanhacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba”.
“Cadena Informativa”, mensaje Nro. 4, febrero de 1977.
Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel deEncausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: “El 17 de mayoson retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros queluego son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, DianaFidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerteen un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayoson retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este úItimo había sidocastigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo variasfracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento defuga”.
En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres,según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunciónde que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 lainformación periodística era incompleta y en el aumento global de larepresión después del golpe. Una estimación global verosímil de lasmuertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600.Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.
Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina deNoticias.
“Programa” dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadierMariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usarontransportes Fokker F-27.
El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por “La Opinión”el 3-10-76 admitió que “el terrorismo de derecha no es tal” sino “unanticuerpo”.
El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende,muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentariosuruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. Elcadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76,después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez,general Harguindeguy, lo acusó de “simular” su secuestro.
Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según “La Razón” del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto
responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de1977.
Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Despuésla situación se agravó aún más.
Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Lossecuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves enmetalúrgicos y navales.
1 comentario en “24M: A 48 AÑOS DEL GOLPE CIVICO.MILITAR, EL RECUERDO DE “LA CARTA ABIERTA” DE RODOLFO WALSH QUE DESAFIÓ A LA JUNTA MILITAR”
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