El vocero presidencial, conocido por sus escuetas respuestas a los periodistas acreditados en Casa Rosada, se entretiene jugando a los videojuegos y pide que lo apoyen económicamente desde la aplicación “Cafecito”.
Luego de su habitual rueda de prensa matutina, donde no pocas veces opina más de lo que informa acerca de actividades del gobierno nacional, el vocero Manuel Adorni se entretiene jugando videojuegos online a través de un streaming que se transmite en vivo y en directo. En ese marco, a través de la plataforma Cafecito, comenzó a recibir donaciones de hasta 120 mil pesos.
El accionar del vocero de Javier Milei transgrede la ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública Nro. 25.188, que les impide a los funcionarios -cualquiera sea su condición- recibir concesiones de terceros. Así lo establece su artículo 18: “Los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones”.
Y añade: “En el caso de que los obsequios sean de cortesía o de costumbre diplomática, la autoridad de aplicación reglamentará su registración y en qué casos y cómo deberán ser incorporados al patrimonio del estado, para ser destinados a fines de salud, acción social y educación o al patrimonio histórico – cultural si correspondiere”.
La realidad indica que el vocero presidencial desconoce el detalle de las leyes que regulan su actividad como funcionario, ya que, aún cuando dicha recaudación se realice para un bien superior -como podría ser una obra de caridad-, también estaría entraría en flagrante violación a la normativa vigente.