El Gobierno de Javier Milei avanza en su enconada decisión de destrozar la economía del país, y mientras los laburantes ven que sus salarios se licúan y llenar el changuito en el supermercado no es más que un lejano recuerdo, en el sector productivo ven caer las ventas al mismo tiempo que el costo para mantener funcionando un emprendimiento es cada vez mayor.
El combo es letal, y el país atraviesa un duro y temido cuadro de “estanflación”: es decir, la inflación sigue creciendo a un ritmo agigantado, mientras que al mismo tiempo la actividad económica se derrumba sin que la caída en la demanda de bienes y servicios ofrezca algún alivio a la escalada de precios.
Para echarle más leña al fuego, el Gobierno del “Presiduende” Javier Milei anunció que dejará de subsidiar las tarifas de las empresas. Salvador Gil, el tirifilo a cargo de Energía, explicó: “El nuevo esquema no contiene ningún tipo de subsidio a las actividades productivas. No sería compatible subsidiar a la energía y tener precios liberados”.
Según Gil -vaya si le pega el apellido- con el nuevo esquema de la Canasta Básica Energética (CBE) “sólo se van a subsidiar necesidades humanas básicas y cuando sea necesario”. De hecho, el nuevo esquema subsidiará directamente a la demanda, a través de una transferencia directa al banco, o un descuento en la factura.
A su vez, Martín Vauthier, asesor en Economía, afirmó: “En un contexto de recursos escasos, se eliminan subsidios a la demanda no residencial, por ejemplo, en procesos productivos, dado que en dicho caso no es posible asegurar que los beneficiarios reales sean los sectores de menores ingresos”. Al menos 100 mil empresas son las afectadas.
Golpe a las PyMEs y comercios
En el informe sobre tarifas que realiza el IIEP, la UBA y el Conicet se observa que con la reprogramación trimestral que hizo Economía en febrero, que fija los precios mayoristas de la energía, los segmentos con mayor incremento en el precio de la energía serán los comercios e industrias pequeñas.
En el caso de los comercios pequeños con una potencia de 10 KW y un consumo de 1.200 kwh/mes, tuvieron un incremento del 276 por ciento en el precio mayorista de la energía. Hasta enero estos usuarios pagaban el 18 por ciento del costo. En el AMBA, pasaron de abonar una factura de 64.775 a 266.213 pesos en febrero, con impuestos.
Para los pequeños usuarios industriales, con una potencia contratada de 35 KW y un consumo mensual de 6.500 Kwh/mes, tuvieron un incremento en el precio de la energía del 178 por ciento. Hasta enero estos usuarios pagaban el 31por ciento del costo de la energía. Pasaron de abonar una factura de 274.875 a 1.060.187 pesos en febrero.
A este ritmo, ya ni siquiera se puede tener esperanza en ver “la luz al final del túnel”, porque como viene la mano, la van a terminar apagando para ahorrar. De este modo el Gobierno de “Niley” sigue apuntando a destruir la economía del país, mientras la famosa “casta” sigue vivita y coleando, y cada semana se conoce un nuevo apellido famoso en el ámbito político que se suma al Gobierno con sueldos millonarios.