Para cualquier humano racional sería un claro llamado de atención respecto de la imposibilidad de gobernar en un contexto republicano sin los respaldos políticos y judiciales indispensables, llevándose puesta a la institucionalidad democrática. Claro está que la racionalidad no es una característica propia del titular del ejecutivo, Javier Milei, quien toma cada negativa como un nuevo desafío que lo incita a duplicar el daño que impone a la sociedad argentina, en lugar de promover el bienestar general, tal como prescribe la constitución nacional.
Desde el momento mismo de su asunción, Milei le declaró la guerra a la sociedad que debería gobernar, ejerciendo sobre ella el maltrato que confiesa haber sufrido a lo largo de su vida. ¿Son la casta los enfermos de cáncer, quienes sobrevivían gracias a un plan social, los trabajadores -formales e informales- en general?
Implacable ante los débiles y sumiso ante los poderosos, Milei sigue hundiendo el cuchillo en las heridas de la sociedad sin conseguir ningún resultado positivo para el conjunto. Los números positivos que presentó al cabo de su primer mes completo de gobierno son una ficción tan grosera como el propio presidente. No sólo no podrán repetirse en adelante, sino que el estancamiento económico y el achicamiento acelerado de la economía generará gravísimos problemas tanto a nivel fiscal como humanitario.
“Esto se asemeja a la locura”, caracterizó el gobernador bonaerense Axel Kicillof en relación a la forma en que actúa el gobierno, tras sufrir una sequía en las diversas partidas de coparticipación, incluido el Fondo de Fortalecimiento Fiscal (FOFOFI), que permitía financiar la seguridad y las obras en educación y en salud.
“El gobierno no tiene como función fundir a las provincias, sino apoyarlas”, protestó Axel, al analizar el fogoneo de la rebelión social y de las entidades provinciales que no cesa de impulsar la gestión Milei.
Siguiendo la línea argumentativa de “Nacho” Torres, Kicillof deslizó que “si me pongo a fantasear, puedo cerrar el acceso a los puertos”. Por ahora en la provincia prima la racionalidad, por lo que el gobernador anticipó que iniciará acciones ante la Corte Suprema de Justicia y presentará una cautelar para que se sigan transfiriendo los recursos del que Milei eliminó por decreto, hasta que haya una resolución judicial de fondo.
Para Kicillof, como para la mayoría de los observadores, las últimas decisiones y expresiones del presidente apuntan claramente a provocar la “disgregación nacional”. Una “invitación a la locura” para la que “se están estudiando respuestas de toda índole”, en caso de que no se avance en el terreno judicial. La emisión de una cuasimoneda bonaerense, en caso de que la Justicia no se ponga a la altura de la defensa de la institucionalidad republicana, no debe descartarse.
El Fondo de Fortalecimiento Fiscal eliminado mediante el decreto 192/2024, ha tenido en el pasado como destino la mejora de salarios del personal policial, la compra de 5 mil patrulleros, de chalecos antibalas y de capacitación de la policía. Además, también permitió abastecer de alimentos a comedores, a escuelas, a financiar nuevas plazas carcelarias y construir centros de salud.
El apocalipsis de nuestra sociedad está a la vuelta de la esquina. Mirar para otro lado no exime, sino que convierte en cómplices, a quienes pueden evitarlo y no lo hacen, por cálculo político o por interés personal.